Es el momento de comprobar si la estrategia
de Rajoy-Kutuzov es eficaz. El general ruso Kutuzov no se enfrentó a Napoleón y
su ejército de las “veinte naciones” en las fronteras de Rusia. Puso en práctica
una táctica de “tierras quemadas”,
ahora en la versión de “derechos y leyes quemadas”.
Dejar avanzar al enemigo, de forma que queme todos sus aprovisionamientos
jurídicos. Rajoy-Kutuzov evitan entablar batallas decisivas. Hay quien puede
pensar que cometió el desliz del 1 de octubre, pero es dudoso, a pesar del
discurso nacionalista, que aquello no fuese más que una simple escaramuza para calibrar
las fuerzas policiales de Napoleón.
Cuando Napoleón llegó a Moscú encontró una
ciudad en llamas. KRLS-Napoleón llegó a la independencia coincidiendo con la caída
de las primeras nevadas empresariales y el frío de la realidad comenzaba a congelar
muchos ánimos. Ahora comienzan las auténticas penalidades del ejercito napoleónico,
desabastecido de legalidad. El rigor del invierno judicial va a producir muchas
y severas bajas en los despachos. Pueden apelar a los derechos humanos y toda
la pesca. Pero en la Unión Europea impera el derecho y la ley. Y es justo lo
que quemaron a su paso, y con muy malas formas formales, todo sea dicho de repaso.
Ya saben: dura lex, sed lex.
Toda la cuestión es un oxímoron que da dolor de cabeza. Desde la CUP dicen
que son “independistas internacionalistas”. Es decir, no nacionalistas. Aún no
lo entiendo. Pero denme tiempo, que la teoría de la relatividad no la llevo
de serie. También dicen que igual toca cambiar el paso. Eso sí que lo entiendo.
La última encuesta que publica el diario Información (creo que el 9 de
octubre) confirma lo previsto. Por detrás de los malabares del reparto de
escaños (frágil, frágil) las tendencias se marcan cada vez más acentuadas por
el postureo con Cataluña. Compromís y Podemos caen. Eso era de cajón. Subieron de un salto en el
calentón de regenerar la política (sin que nadie atendiera a programas o ideologías).
Ahora ya, cada vez que abren la boca pierden mil votos. Y claro, la caída de
voto a Podemos y Compromís permite a Esquerra Unida pasar barrera y entrar a
reparto. En ese panorama de caída de participación, el declive del voto a PSPV
y el voto de Ciudadanos queda estable o sube. La duda es el PSPV, que como se
le corra el rímel de ojos hacia el nacionalismo, puede hacerle sorpasso un Compromís en caída.
Para el PP es pronto hacer cuentas. La cuestión catalana borró la corrupción
del mapa. Ha sido un reseteo importante del clima político en España. Si
Compromís y Podemos insisten en hacerles campaña, el PP regionalista hispánico volverá
a ser el partido sencillo, que tomó el tren de la vida. Vamos que “Volverás”.
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